Cuando los clientes entran por la puerta, lo que nos piden no es exactamente la organización de un evento, sino la transmisión de un mensaje, una identidad o unos valores. Está claro que el medio que utilizamos es el evento, pero nuestros esfuerzos se concentran en transmitir, con la máxima exactitud posible, la esencia del proyecto en comunicación.
Hace unos meses, la empresa de producción química BASF nos comunicó un mensaje de futuro que debíamos lograr transmitir de forma clara y concisa y que además debía ser el núcleo principal del evento. Desde el momento en el que tuvimos conocimiento de dicho mensaje, supimos que sería un gran reto; no solo porque teníamos la oportunidad de comunicar información de gran valor en el contexto actual, sino también porque estábamos ante un público habituado a intuir mensajes y a diseccionarlos intelectualmente.
Agro&Press, un evento para abrir los ojos
Lo que BASF transmitió a Everama era que quería plasmar su implicación y preocupación por el medio ambiente ante la imprevisibilidad del tiempo, el control de plagas y malas hierbas, el desarrollo de los precios del mercado y la escasez de recursos naturales. Todo ello en un mundo que va camino de alcanzar los 9.000 millones de habitantes. Estos retos exigen a BASF seguir con su compromiso de crear soluciones innovadoras para los agricultores, ayudándoles en la tarea de garantizar la alimentación para todo el mundo.
Para ello, la solución pasa por la investigación e innovación en fungicidas, insecticidas, herbicidas y tratamientos de semillas; productos que no gozan de aceptación en algunos sectores. Para saber cómo transmitir dicha labor, lo que hicimos fue profundizar en la visión de BASF, donde encontramos unos valores muy sólidos y significativos que transmitir.
De nuevo apostamos por una actividad dinámica, que hiciera saltar a los asistentes de sus butacas para interactuar entre ellos y, además de percibir el mensaje, participar en él. A lo largo del evento, las piezas del rompecabezas iban cobrando sentido, demostrando con cada detalle que, por mucho que los productos fitosanitarios sean unos productos no deseados, hacen falta de cara a un futuro para proveernos de alimento. Finalmente, los asistentes no solo comprendieron la labor de la empresa química en aspectos tan importantes como nuestro porvenir, sino que percibieron la gran preocupación de BASF por crear productos de lo más salubres para nosotros y nuestro planeta.
¿Cómo lo hicimos?
Lo que estaba claro es que sabíamos que el evento debía ser tratado con una sensibilidad sustancial al tratarse de un tema tan en boga. Para lograrlo y que el impacto fuera lo más exitoso posible, nuestro vehículo de transmisión del mensaje fue la gamificación, una apuesta segura que consiguió hacer mella en los asistentes.
Creamos tres supermercados ambientados en tres años diferentes; 2017, 2030 y 2050. El stock de estos emplazamientos estaba formado por productos de lo más comunes. Aun así, estos tres escenarios tenían una ligera diferencia; no contaban con la misma cantidad de alimentos frescos, ni tampoco con los mismos precios. De hecho, la calidad de los alimentos descendía y su coste aumentaba en proporcionalidad al paso de los años.
Los participantes, que se dividieron en tres grupos, disponían de 50 euros para realizar la compra de los alimentos que necesitaban para elaborar la receta de los platos habían escogido. Ante la imposibilidad de adquirir suficientes alimentos de calidad y con precios razonables, el chef del evento se vio obligado a cambiar la receta en alguna ocasión. Finalmente, los participantes pudieron cocinar y consumir justo los platos que habían elegido, pero con una gran diferencia entre cucharada y cucharada: la asimilación del paso del tiempo y la posible escasez de alimentos.
Así pues, la emisión del mensaje y la recepción del mismo fue certera y clara, dejando atrás cualquier formato convencional de comunicación entre empresa – públicos. Ambas organizaciones cumplimos con nuestro objetivo y una vez más tuvimos la suerte de poder finalizar el proyecto afirmando que el éxito del evento nos había salpicado a todos.