46 participantes. 3 horas. Y ganas: muchas ganas. Fueron algunos de los ingredientes principales para crear una jornada de teambuilding dentro del Kick Off de IKEA. El reto consistía en ofrecer una propuesta original y por supuesto alineada con la filosofía de la empresa: “para todos”, innovación y austeridad. Aceptamos el reto con seguridad e ilusión y nos pusimos manos a la obra para confeccionar una estrategia que no pudiera dejar indiferente a nadie. ¿El resultado? IKEA artextrem.

Las primeras pinceladas del evento

Con tal de idear un proyecto lo más eficiente posible, antes de dejar volar nuestra imaginación decidimos poner los puntos sobre las íes y, por tanto, descubrir qué es lo que realmente necesitaba IKEA, cómo podíamos 127A5246ayudarle y cuál sería nuestra misión. Tras la obtención del briefing del cliente, caímos en la conclusión de que debíamos buscar un espacio acogedor, que fomentara el bienestar de los participantes y en el que pudiéramos realizar actividades con total comodidad. Debíamos lograr que todos los asistentes lo pasaran en grande sin descuidar aspectos tan importantes como la formación y el aprendizaje, la motivación, la interacción o el fortalecimiento del espíritu de equipo. Nuevamente, nuestra mejor carta para hacer frente a este reto era la gamificación, un conjunto de dinámicas lúdicas que lograron la consecución de los objetivos que acabamos de mencionar.

Aunque ya íbamos encaminados, quisimos expandir las oportunidades de éxito del evento y contamos con la colaboración de una coach especializada en la organización de empresas para realizar las actividades. Aunque aún no las habíamos materializado (pues pertenecía al siguiente paso del proyecto) tuvimos claro que debían orientarse hacia el potenciamiento de una buena actitud laboral colectiva, la gestión de las emociones y el compromiso, la mejora de la comunicación y la responsabilidad y el empoderamiento de las personas, el equipo y la organización, con la finalidad de sacarle brillo al liderazgo.

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Hasta ahora hemos enfocado el artículo a la explicación de la demanda del cliente, los objetivos y el método elegido. ¿Pero qué hay de los valores de la empresa? La transmisión de los mismos es tan importante como los objetivos que nos planteamos frente al evento. Por ello, indagamos en las profundidades de la identidad corporativa de una marca tan conocida como es IKEA y acabamos de redondear el concepto creativo. Debíamos apostar por algo rompedor, práctico, moderno y transgresor que llegara a todo el mundo, igual que lo hacen los productos de la compañía. Veamos cuál fue el resultado final.

Coloreando la idea inicial

Ya teníamos las ideas claras, habíamos conseguido hilar todas las partes implicadas en el proyecto y solo quedaba cosificar todos aquellos conceptos abstractos que se nos habían ido acumulando. En Everama nos gusta ir por partes, pues es una de las mejores formas de disfrutar del momento e interiorizar cada una de las lecciones, sensaciones y emociones presentes. Por ello, decidimos dividir el evento en un circuito de cuatro pruebas. Cada una de ellas tenía una duración de 25 minutos. En cada una de las pruebas los participantes, que se dividieron en grupos, debían afrontar una serie de actividades físicas e intelectuales con la finalidad de acumular puntos o monedas con las que hacer frente a la gran prueba final.

Como el leitmotiv del evento fue el arte, en cada prueba los participantes debían confeccionar unas piezas de artcraft que posteriormente emplearían en la parte final. Desde el primer momento, a los asistentes se les entregó merchandasing exclusivamente diseñado para el evento (prendas, identificadores, piezas del juego, documentos…) y, aparte de conseguir un mayor efecto estético y visual del evento, servía para fortalecer el sentimiento de pertenencia. Aunque todas las pruebas tenían diferentes estructuras y enfoques, compartían un trasfondo que no debía perderse en a lo largo del evento: el refuerzo de la comunicación, la cohesión, la empatía y la creatividad. Para conseguirlo, cada elemento de la actividad fue pensado e implantado de forma única con la finalidad de reforzar los fundamentos recién definidos.

El último matiz fue el que finalmente consiguió dar sentido a todo lo que nuestros asistentes habían estado trabajando durante más de dos horas y media. La prueba final, que esperábamos con ansias desde el principio, consistía en realizar de forma grupal un graffiti con la ayuda de un especialista gráfico. Los trabajadores de IKEA pudieron dar rienda suelta a su imaginación y tuvieron un mural de 3×2 metros en el que explayar sus emociones e ideas de forma colectiva. Así nació el logo más salvaje y extremo de IKEA, que seguro pasará a formar parte del recuerdo.

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