Esto  me venía a la cabeza cuando hoy, comiendo con un amigo, intentaba explicarle, porque creo que muchos eventos no volverán.

Estas Navidades, fechas por excelencia de  gasto en eventos, y llamamos evento a lo que realmente hace honor su nombre: reuniones eventuales de carácter excepcional y normalmente con notas lúdicas y festivas, las empresas se han ahorrado una gran suma de dinerito…

Entre que no nos podemos juntar, entre que no estamos trabajando en nuestros puestos e ir por la cesta es el lio del siglo, entre que los aforos de los espacios de restauración están al treinta por ciento, entre el miedo que nos acompaña, entre , entre, entre… la suma de todos los “entres” y su reconversión tangilizable es un gran ahorro de presupuesto.

Y no ha pasado nada.

Quiero decir, que si bien a todos nos gustaría juntarnos, o no, es tanta la prudencia generalizada que tampoco a pasado nada por no hacerlo ni ha hecho falta buscar formar rocambolescas para compensar la falta de contacto.

Siempre hablando en general.

Este hecho, analizado por encima, nos tiene que llevar a pensar que ahora SÍ que van a  cambiar las necesidades de los clientes.

No quiero decir que ya no va haber más eventos, para nada, hacen más falta que nunca, pero sí que hay ciertas categorías de eventos que se pasarán a realizar de otras formas y maneras, ya que persiguen objetivos que pueden conseguirse gastando menos, haciéndolos más sostenibles e incluso abarcando más público.

Llevo días comentando que de nada sirve mirar hacía atrás y suspirar por lo que hacíamos, está claro que hay que enfocarse en lo que necesitan subsanar hoy nuestros clientes y  como podemos ayudarlos a construir esta nueva realidad.

Si todo va bien , el año que viene volveremos a organizar cenas de empresas de navidad,  pero a lo mejor el mensaje del director general llega en streaming, o harás una actividad en familia desde casa… a lo mejor es una oportunidad única para conectar empresas y familias logrando este sentimiento de pertenencia que tanto se busca y que tanto beneficia a la productividad en ambas partes.