Desde que empecé mi aventura con Everama, hace ya más de cinco años, me estoy pelando con el blog, digamos que desde una posición incómoda.
Lo abrí, creo que porque tocaba. Hay que hacerlo. Una web que se precie no puede existir sin una sección de noticias, novedades, impresiones… eso se decía y eso me decían.
Así que comencé.
Leyendo las entradas más antiguas, veo que intentaba hablar de lo que hacía de manera personal pero siempre con tono profesional, quizás más de lo que en ese momento me sentía.
Al poco, un consultor amigo, que me quiso echar un cable con el tema de las redes y el mundo on line, me dijo que tenía que ir más allá: utilizar un tono más impersonal, más palabras clave, posts más extensos para google me indexara, o que se yo…
La teoría estoy segura que es buena pero la práctica una amargura… bastante tenía con llegar a mitad de mes e inventar como llegar a los clientes, como para lograr hacer artículos de valor.
Planificamos una estrategia a medio plazo, tarea ardua y superlativa para mí. El mundo se me caía encima, la verdad, cada vez que me sentaba delante del ordenador. Tenía los títulos, pero muchas veces, demasiadas, no era de lo que me apetecía hablar, otras ni siquiera sabía muy bien que como desarrollar el contenido… no fluía.
En estas estaba cuando llegó Lydia, la primera estudiante en prácticas de Everama. Resultó ser una excelente comunicadora y copy, encantada de rescatarme y hacer del blog de Everama algo más que potable.
Los artículos pasaron a tener calidad digna de “blog. Seguimos las premisas pertinentes, palabras clave (aun me cuesta saber que son y sobre todo cómo saber cuáles son), tono súper profesional, datos empíricos, enlaces y por supuesto con temas de interés para los posibles clientes.
¡Todo iba bien!
Pero todo se acaba y aunque alargamos un año más después de las prácticas , esta por suerte encontró trabajo en la Ciudad Condal y el tiempo da lo que da para todos.
Llegó el frío bloguero… porque para poder hacer hay que estar dentro, al menos en mi sector que tan de salto en salto funciona. Y no hablo de la persona que escribe externa, sino de nosotros mismos, los que damos el visto bueno, que hemos de tener el tiempo para leer, darles la información necesaria para poder hacer bien su trabajo y estar ahí para ayudar.
Así que volvimos a estar en el punto de partida, no, peor, ahora había un nivel difícil de superar, je, je!!
Después de abandonar unos meses, ni se cuántos, había tres caminos: Abandonar el blog (cosa que no me gustaba ni por asomo… solo la palabra “abandonar” me da un “no se qué”), contratar una persona interna, opción poco *ágil y ahora os cuento porque o darme la oportunidad, total no pasa nada, no voy a matar a nadie, de escribir lo que me de la gana, en el tono que me dé la gana y explicando las alegrías, vergüenzas y todo aquello que atañe a mi profesión de eventóloga, desde mi humilde perspectiva, y que seguro que son preocupaciones de muchos más (eso espero, mal de muchos consuelo de tontos) .
Contratar una persona interna: Cuestión de Money. Así de simple. Es un Trabajo duro, de constancia a veces poco agradecida y en constante movimiento. No es sólo el blog, claro, es Instagram, Facebook…y todas las cosas que vayan saliendo nuevas, que son más de las que nos imaginamos los que lo vemos desde fuera o tratamos de puntillas.
Mi opción: obviamente la tercera.
Así que me voy a poner cómoda, voy a dejarme de contar palabras y voy a explicaros cosas y cositas, unas más interesantes que otras, pero todas verdaderas.
Gracias Lydia, por todo y tanto!!
* ágil, aquí y para mi: viable, posible
NOTA: Foto de imagen destacada de @Franquesafoto para el BED de @eventonplus